Catedral: La belleza de la unidad en la diversidad



La Catedral de Riobamba es distinta, única. Su presencia es un icono de la ciudad, aún sin conocer los detalles de su construcción, donde también radica su encanto.
La Catedral es el nexo imborrable entre el pasado y presente de la ciudad, porque fue edificada con piedras labradas que fueron rescatadas de los escombros tras el terremoto de 1797. Es la muestra palpable del mestizaje, de la pujanza de los riobambeños, del triunfo sobre las adversidades. En ella convive la riqueza cultural, artística, histórica de la antigua villa colonial y la nueva ciudad que la construimos día a día.
La iglesia Matriz de la nueva Riobamba se construyó en 1865 por gestión del cura de Riobamba, Dr. José María Freile. Más tarde se transforma en Catedral, al fundarse la Diócesis de Bolívar.


Descripción
Los documentos históricos describen a la Iglesia como un edificio espacioso y bastante sólido. La fachada está hecha de piedra blanca calcárea, cubierta de dibujos en relieve que representan los misterios del cristianismo, que son comunes en las iglesias de Europa.
Para la nueva iglesia, los riobambeños usaron las piedras traídas de la antigua villa, pertenecientes no sólo a la Matriz sino a las otras iglesias destruidas, y las aplicaron a una fachada que en nada tenía relación con la anterior iglesia principal de la Riobamba colonial.
La “Memoria de la Diócesis de Riobamba” escrita por el Deán Juan Félix Proaño, indica que otros restos salvados del terremoto también fueron utilizados en la nueva iglesia central. Por ejemplo, en un inicio la “custodia preciosa”, la campana mayor, que fue vuelta a fundir con otra que se trajo de la antigua villa, junto con cadenas, anillo, brazaletes, otras piezas de oro y de plata, que fueron arrojadas al fuego por las damas de Riobamba con el fin de que la campana resultare de timbre más sonoro. Además se seguían utilizando el paño del púlpito lacre, bordado de tisú de plata dorada y algunas mariolas y candileros, también de plata.


Detalles arquitectónicos
El arquitecto Mario Murillo, quien actualmente concluye una Maestría en Rehabilitación Urbana y Arquitectónica, explica que la Catedral de Riobamba presenta un estilo único, prototipo de un estilo ecléctico (amalgama de varios estilos), con detalles predominantes en características barroco-mestizas. Abundan los elementos ornamentales: pasajes bíblicos, y detalles florales. Esto sería una característica del barroco. “En el barroco hay una profusión de ornamentación, que va con la imaginación del artesano y del diseñador”, indica.
Si trazamos una línea imaginaria sobre la mitad del rosetón central, podremos determinar que lado izquierdo y lado derecho son simétricos, aunque a nivel de ornamentación tienen particularidades.
La fachada de la Catedral presenta un ensamblaje de las piedras traídas de la antigua Riobamba. Está compuesta de tres niveles. El primero, el zócalo, presenta diferentes clases de piedras traídas de las canteras, principalmente de Yaruquíes.
Las molduras (parte saliente de perfil uniforme, que sirve para adornar o reforzar obras de arquitectura, carpintería y otras artes) se muestran a partir del segundo y tercer nivel.
El tercero presenta tres torres, la del centro es de tamaño distinto a las laterales; este hecho le confiere más importancia y por ende es la que contiene la efigie de San Pedro, patrono de la ciudad.
Esta torre está construida con ladrillo visto, lo cual en materia de restauración, quiere decir que su intervención es reciente.
Las torres rematan en sendos cupulines (cúpulas de pequeño tamaño), que sirven para dar mayor esbeltez. Encima de ellos sobresalen pináculos, y el del centro remata con una cruz.
Para Murillo, los elementos arquitectónicos y estilísticos son importados de Europa, pero los artesanos de la Catedral adaptaron esos cánones y le dieron un tratamiento mestizo y acorde con el entorno.
Columnas
Los griegos crearon tres órdenes arquitectónicos aplicados a las columnas: dórico, jónico y corintio. Los romanos añadieron un cuarto, el toscano. El orden compuesto se impuso a principios del renacimiento.
Murillo afirma que las columnas presentes en la Catedral no corresponden a ningún orden específico. “Es un tratamiento a lo mestizo. La columna remata en un capitel, que no corresponde a ningún orden clásico. Ahí vemos la brillantez de interpretación de nuestros artesanos, pues dan un aporte estilístico a lo criollo, en la cual sobresalen elementos florales y religiosos”, añade.
Las columnas de la Catedral tienen dos características. En primer lugar, el fuste (parte de la columna que media entre el capitel y la basa) o largo de la columna no es continuo, también está ensamblado con piedras diferentes. Además presenta estrías; esto último es propio de la arquitectura neoclásica.

Otros detalles
En cuanto a las ventanas, vanos y puerta, corresponden a la arquitectura griega, donde sobresalen los arcos de medio punto: arco circular cortado por la mitad.
Los remates sinuosos a los costados del templo son influenciados posiblemente por la arquitectura italiana. Algo similar se presenta en la Iglesia de Gesú, en Italia.
A continuación de los capiteles se admira cornisas corridas ornamentadas. En el lienzo de la fachada sobresalen elementos escultóricos: pasajes bíblicos, elementos florales, ángeles, círculos, hexágonos, llaves de San Pedro.

Belleza en la diversidad
Los artesanos que edificaron la Catedral debieron haber dado tratamiento a las piedras traídas de los templos de la villa colonial, para que a través de dientes o cuñas pudieran ensamblarse, con la ayuda de barro cocido.
Todos los detalles de ornamentación y estructura tienen una composición armónica en la Catedral, a pesar de juntar detalles de otros templos. Esta característica la hace única. “Es un ensamblaje con criterio, hay unidad en la diversidad”, afirma el arquitecto Murillo.

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